martes, 8 de diciembre de 2020

INTRODUCCIÓN:

 Confesiones, perdón, agradecimiento

         Esta es la entrada que me resulta más difícil de todas las realizadas, y puede que la más difícil de todas las que llegue a hacer.

          Hará unos 30 años, cuando trabajaba lejos de estos lugares, que empecé a frecuentar la zona del pantano hasta el pinar de Lillo con campamentos de verano y aulas de naturaleza con el cole. Durante años vinimos a disfrutar de la zona, conocer su flora y fauna y las gentes del lugar, así como su forma de vida.

(para ver la foto a tamaño real pinchar en este enlace)

          Subíamos a la Peña San Pedro y a Peña Armada, pasando el muro del pantano, por la cantera llegamos a Valdehuesa y de allí  a Rucayo, nos llegábamos a Orones y a Camposolillo...  Incluso una vez llegamos a navegar por el pantano en una barca hinchable..

           Saliendo del valle de Reyero hacíamos Pardomino para acabar en la explanada donde en la actualidad los descendientes de Vegamián celebran su fiesta.

           Contemplamos la belleza del pantano y sus alrededores desde todos los puntos cardinales, desde las alturas y a ras del agua, donde alguna vez nos bañamos.

          Además de la inmensa belleza, conocimos flora y fauna del lugar y la vida de los lugareños, sobre todo de Pallide que generosamente nos acogía.

            Pero de lo que había bajo el pantano nada de nada. Y pese a que en más de una ocasión nos paramos a leer la placa del muro del pantano donde se enumeraban los pueblos inundados no era objeto de nuestro conocimiento y disfrute. Simplemente eran unos datos.

         Pasados los años he acabado afincándome en Boñar y las visitas a los alrededores del pantano han seguido proliferándose. A menudo yendo a merendar con los nietos a los miradores de Vegamián y el Fontanal, a los pies de la cantera o a la entrada de Pardomino, donde los descendientes de Vegamián celebran cada año su fiesta.

        Constatar como descendientes de Vegamián o Lodares cada año se junta para celebrar su fiesta patronal y supongo mantener vivos sus recuerdos, me ha llevado a pensar que el pantano alberga mucho más que unas ruinas que dejaron allí sus pobladores. 

         Cuando fueron obligados a abandonar sus hogares todos los moradores de los pueblos sepultados o no sepultados por las aguas, nadie les dio la oportunidad de elegir. No eran tiempos en que se pudiera discutir las decisiones de las autoridades. Pasados los años, por lo menos tuvieron la posibilidad, y así lo hicieron, de protestar por poner el nombre al pantano de Juan Benet.

         La lectura del libro de Julio Llamazares "Distintas formas de mirar el agua" me dejó un poso de amargura y tristeza a la vez que me dio un baño de realidad. El pantano y alrededores era y poseía algo más que pura y simple belleza.

          Por cierto, no es la única incursión de Julio Llamazares en el mundo del agua. Entre esas incursiones merece la pena el documental "Mi valle"

          La lectura del libro, unido a la persistencia de los moradores de Lodares y Vegamián en seguir celebrando sus fiestas patronales y la visión de fotos y vídeos en el proceso de documentación, habían cambiado mi forma de mirar el pantano.

          Todo lo que he leído y visto preparando el trabajo del pantano del Porma o Vegamián me han llevado a acercarme al pantano y seguir haciéndolo  y por supuesto, admirar la belleza del contraste del agua y las montañas que la rodean. Pero la mirada, que hace algunos años ha ido cambiando, siempre tendrá el filtro necesario para ver lo que a simple vista no se ve.

          O recordando "El Principito": "Lo esencial es invisible a los ojos"

          Otros hechos que han ayudado en ese cambio de mirada han sido:

  1. La exposición en la Fundación Antonino y Cinia de Cerezales con motivo del 50 aniversario del Pantano
  2. La consulta al ingente trabajo recogido en "Peñamian, la historia bajo el agua" llevado a cabo por José Antón Acevedo, Isidoro de la Fuente Bayón y Ángel Luis Martínez García.
  3. Y curiosamente lo último que ha llegado a mis manos: Un plano, aunque chiquito, con la distribución de todos los vecinos que habitaban Vegamián. ¡Cuánto, esfuerzo, memoria y pasión ... guarda ese fantástico trabajo!

            La evolución experimentada en la forma de acercarme al pantano es lo que me lleva a pedir perdón, a todos los que perdieron parte de sus vidas y se vieron obligados a dejar su mundo, por mi insensibilidad y cortedad de miras a la hora de contemplar el pantano.

LODARES

           A medida que he ido avanzando en el proceso de "investigación", documentación para hacer el trabajo del Pantano han ido aumentando mis dudas sobre mi idoneidad o legitimidad para hacer esta entrada. También me han asaltado las tentaciones de abandonar la forma de abordar este trabajo para el blog y optar por la simple constatación de fríos datos que describan el pantano y lo que en la actualidad nos proporciona.

          Llegado a este punto, creo que lo mejor será seguir adelante y realizar esta publicación con el deseo y esperanza de ayudar a que alguien más cuando contemple la belleza del lugar y la plasme en sus fotos pueda ver lo que los ojos no son capaces de ver.

          Y después de ver el documental "Mi Valle" (sobre Riaño) a uno le asaltan las dudas de ¿para qué se construyo el pantano?

FERRERAS

         Parece claro que pudo cumplir la función de evitar desastres naturales producidos por las grandes riadas.

           Hasta unos 25 años después de anegar el valle de Vegamián parece que no se inauguró el canal de riego del Porma. Si hubieran esperado a tener los canales de riego es probable que no hubiese sido tan fácil su inundación.

            Y si hablamos de la producción de energía eléctrica habrá que esperar más de 30 años para que llegue el pantano a ser utilizado para la obtención de dicha energía.

            Admitiendo que no he profundizado suficientemente en el tema me han asaltado las dudas de si los desterrados forzosos del valle no se preguntaron más de una vez para que estaba sirviendo su sacrificio. 

          Tengo mis serias dudas que en el momento de la construcción del pantano se tuviera la intención que las aguas del Porma sirvieran para garantizar el abastecimiento de agua a la ciudad de León en momentos de escasez. Lo que si parece cierto es que, nuevamente, pasados los años se considerase dicha posibilidad. (consultar enlace del Ayuntamiento de León)

            Con todo esto llego a la última parte del título de la entrada: Agradecimiento.

VEGAMIÁN

         ¿Cuántos, de los muchos que nos estamos beneficiando de la destrucción de las vidas de las gentes de este valle, en algún momento, hemos tenido un sentimiento de agradecimiento o empatía con los que fueron forzados al destierro?

          El agua que llega a algunos campos, el agua que sale de algunos grifos o la luz que nos alumbra puede que esté sustentado en el dolor y añoranza de las gentes de este valle anegado por el pantano.

             Mucho me gustaría que todos aquellos niños y niñas que acerqué a la belleza de este lugar pudieran ver esta entrada, los vídeos y fotos que ya estén en el blog y pudieran ver el lugar con una nueva mirada.

          

UTRERO

ARMADA

CAMPOSOLILLO

            

CAMPILLO
Y falta Quintanilla